No creerás la fuerza con la que te impulsarás hacia arriba cuando toques fondo.
Siempre hemos sabido que las cosas buenas suelen sucederle a las personas malas y que las cosas malas le pasan a la gente buena. Cuando creemos que los buenos somos nosotros mismos, nos sentimos decaídos cada vez que algo malo nos sucede, pero nos desconcentramos de lo que realmente pasa cuando debemos pasar una mala experiencia. No ponemos atención a las señales ni buscamos soluciones, pues estamos demasiado concentrados en decir que “no sabes por qué te pasó a ti, si no eres una mala persona”.
Pero la verdad es esta, las cosas malas no le suceden a la gente buena, en lugar de eso, crean y forman buenas personas. Aunque lo dudes. Pues son precisamente esas instancias en las que todo tu cuerpo y tu mente reaccionan. Es ahí cuando más aprendes, pues logras determinar cuáles fueron los errores y procuras que no vuelvan a ocurrir. Porque cuando te pasa algo malo es cuando todos tus mecanismos de defensa se activan y puedes ver con más claridad las cosas si pones la debida atención.
Porque la persona en la que te has convertido es la suma de todas las experiencias por las que has pasado, y por las que probablemente pasarás. Lo importante es saber cómo esas situaciones te moldean y forman tu mente y espíritu. Aunque no lo creas, las peores experiencias son las que más te desarrollan.
Que alguien te traicione no provoca que dejes de confiar en todas las personas, todo lo contrario, aprendes a pensar en quién confiar realmente y aumentas la confianza en ti misma. Cuando te sientes sola, no te transformas en una ermitaña que no quiere saber nada de nadie, sino que aprendes a valorar tu tiempo a solas y te enfocas en conectarte contigo misma.
La manera más fácil de reaccionar ante algo negativo es dejar que te consuma y te haga sentir triste. Sin embargo, al vivir esas experiencias no debes dejar que las energías negativas influyan en lo que piensas, en lugar de eso procura buscar el sentido y la explicación de por qué te sucedió, qué cambió en ti y qué hiciste para remediarlo. Eso es lo que importa.
Porque los errores no sólo te afectan, te enseñan. No dejes que te definan, en lugar de eso procura aprender de ellos y no volver a caer en lo mismo. Así, sin duda, cuando te pase lo peor, podrás salir adelante y sabrás cómo reaccionar cuando te pase algo malo, pues tendrás la experiencia, pues eres una persona buena.
No creerás la fuerza con la que te impulsarás hacia la superficie cuando toques fondo, porque las cosas malas no te pasan porque seas buena, sino que provocarán que te conviertas en una mejor persona siempre.
Las cosas no pasan sin motivo alguno, suceden para enseñarte algo. Mira en tu interior.
Por Andrea Araya Moya
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